Otra vez por aquí Eduardo Sáez de Cabezón, en su canal Derivando, y ahora hablando de los números anticapicúas.
Si tomamos un número cualquiera y le sumamos el que resulta de invertir sus cifras es probable que obtengamos un número capicúa; si no lo obtenemos reiteramos el proceso con el nuevo número las veces necesarias para obtener un número capicúa.
Y esto sucede … ¿siempre?: no se sabe.
Si no sucediera, al número original se le llamaría anticapicúa o número de Lychrel.
¿Existen los anticapicúas?,… si existen, ¿hay infinitos?… El número 196 es un buen candidato a serlo.