En el canal Numberphile nos cuentan la historia de un tal Edwin Goodwin que, en 1897, pretendió haber obtenido la manera de cuadrar un círculo (problema que se remonta a la antigua Grecia y que es irresoluble) asumiendo que el número π era igual a 3,2.
Intentó, con intereses económicos por medio, que el estado de Indiana (EEUU), de donde era originario, aprobara una ley que certificase el valor de π=3,2 y… ¡lo consiguió!: la Cámara de Representantes del estado de Indiana la aprobó por unanimidad. Afortunadamente, al llegar al Senado fue rechazada.